Me encanta morir, ayer morí unas cuatro veces. No puedo parar, es de esas cosas que te atrapan. Desde que empecé, creo que fallecí mas de cien veces. Morir es una droga, cuando me encuentro mal o aburrido en vez de beber, fumar o drogarme yo decido morir. Agradezco a la vida por este grandioso don que me han prestado.
La gente más cercana que conoce mi don, lo entiende como algo trágico que me condena. Lo que no saben es que no hay nada como morir, no saben como es la sensación de reírse de la Muerte que te observa detrás de una pared de cristal sin poder hacer nada. No sólo es el hecho de morir sino que también es el hecho de encontrar una muerte más original para obtener mayor satisfaccion una vez muerto. Por ejemplo, el otro día me tragué unas cuantas cajas de petardos y, después, me prendí fuego, el resultado fue brutal. Por supuesto que al cabo de un rato me materialicé otra vez, funciona así.
Alguna persona piensa que soy un milagro de Dios, otros piensan que soy el hijo de la Muerte y otros me piden que use mi don para el bien. ¿Pero, éstos últimos creen que voy a ayudar, por ejemplo, a capturar un ladrón si lo único que sé hacer es morir para vivir de nuevo? ¿Creéis que usaré mi don para ayudar a la sociedad?. Quizá en otra ocasión, pero hoy por hoy hago lo que quiero. ¿Irresponsable? Quizás, pero sólo tengo 16 años, me queda toda el tiempo del mundo por delante.
Hay veces que deseo dejar los estudios y dedicarme a morir y a vivir, pues ¿De que sirve estudiar ahora, si estudiar implica el trabajo y si el trabajo implica a vivir para no morir mientras yo tengo el don de vivir para siempre? Sigue pareciendo bastante irresponsable pero sé que tengo mucho tiempo parta madurar, demasiado.
He leído muchos relatos sobre lo que implica la mortalidad, y el sufrimiento que implica vivir toda la eternidad pero la gente no tiene ni idea de lo vivo y ¿Muerto? que se siente uno al morir. Quizás alguna vez hablaré o escribiré sobre esto en público, quizás me entregue a experimentos científicos, quizás busque el porqué de mi don pero hoy por hoy prefiero disfrutarlo.
Hay veces que me pregunto si ésta muerte será la última y si moriré definitivamente, pero me he muerto tantas veces que me da igual, ya sé lo que hay detrás de todo y no tengo miedo, y si algún día llegara mi hora definitiva, estaré preparado, mientras tanto me río de todo el mundo.
Sí, me río de todos vosotros y me río por no llorar. Yo seguiré viviendo mientras mis seres queridos fallecen y son pasto de los gusanos. Por eso me dedico a morir, muero para olvidar y me olvido para morir, muero para estar lejos, muy lejos y disfrutar. Me voy de este mundo unos segundos hasta que vuelvo a encontrarme aquí.
Me queda una eternidad de desgracias y pérdidas, pero es esa divina sensación de morir para volver a vivir lo que parece compensar la balanza de mi vida, es dicil de explicar...
Yo mientras tanto muero, muero y muero...Y me encanta.
FIN
martes, 20 de abril de 2010
Adicto a morir
sábado, 3 de abril de 2010
Memento Mori
Pasaron tres semanas desde que me mataste. Me acuerdo de ti, ya lo creo que sí, me acuerdo del alivio que te dio deshacerte de tu peor pesadilla de tu primer obstaculo hacia la autorealización. Me acuerdo de aquel vino de reconciliación envenenado que me serviste, me acuerdo de su marca. Me acuerdo de tu mesa tan bien preparada y mi última cena, esos exquisitos tallarines, me encantaron. Me acuerdo de que para postre había helado de chocolate, mi preferido, ¡Qué bien me conoces!. Me acuerdo de mis últimas palabras: "Yo prefiero la original de Espartaco". Me acuerdo de esa oscuridad que se apoderaba de mí y de esa luz que me impedía el paso hacia allí. Me acuerdo de tu meticuloso cuidado a la hora de esconder mi cuerpo. Me acuerdo de aquel policía que pasó justo delante de mí un número de doce veces y que no se dio cuenta de que sólo nos separaba 15 centímetros de madera de nogal. Me acuerdo de que se llamaba Erik y que tenía 3 hijos, uno de ellos iba al mismo colegio en el que yo estudié y que estaba a punto de tener la comunión...
Me acuerdo de una enorme infinidad de cosas más pero pasan y pasan los días, llevo tres semanas y todavía sigo comiéndome la cabeza (o lo que queda de ella), y por eso sigo aquí, en este martirio, viendo como soy pasto de los gusanos, porque no me acuerdo de cómo demonios se llamaba aquel maldito actor de Espartaco. ¿Era Sean Connery? No...
¡JODER!
Me acuerdo de una enorme infinidad de cosas más pero pasan y pasan los días, llevo tres semanas y todavía sigo comiéndome la cabeza (o lo que queda de ella), y por eso sigo aquí, en este martirio, viendo como soy pasto de los gusanos, porque no me acuerdo de cómo demonios se llamaba aquel maldito actor de Espartaco. ¿Era Sean Connery? No...
¡JODER!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)