A finales del 2004 hubo un fuerte cambio en el mercado de las consolas portátiles: Por primera vez en casi diez años se rompe el monopolio perteneciente a la empresa japonesa Nintendo en este mercado.
Fue otra empresa japonesa, SONY, quien irrumpe fuertemente en este mercado lanzando la PSP. Sony, empresa que estaba embriagada de sus éxitos obtenidos con la PlayStation y PlayStation 2, apostó por, en mi opinión, su mejor baza: la innovación.
SONY, en vez de limitarse a la pantalla táctil o a la doble-pantalla, se encargó de revolucionar el mundo de las consolas portátiles para llevarlas a un nuevo nivel. Hablamos no solo de un cambio a nivel técnico, sino también de un cambio a nivel de jugabilidad y mentalidad.
Lo mejor de la PSP es su nombre: PSP (Play Station Portable). Pocos productos hay que te expliquen mejor sobre sus características sólo usando su nombre. La PSP era eso, una PlayStation portátil, literalmente. Estamos hablando de una consola portátil cuyo motor gráfico se acercaba sorprendentemente de forma considerable a el consola de moda: La PlayStation2. La PSP era un verdadero lujo.
Pero no solo eso, el verdadero mérito de la PSP fue acabar con el tópico de la típica consola portátil para niños. Gracias a los avances técnicos y al repertorio de juegos prometedor, la PSP tuvo un buen impacto en un público cada vez más adulto y experimentado.
Y si a esto le sumamos su capacidad como reproductor MP3, imágenes, videos y sus amplias funciones en red, podemos apreciar que la PSP era de lo mejorcito que hay, una auténtica revolución en el negocio de las consolas portátiles.
La PSP lo tenía todo para ser un éxito, y desde luego lo fue, pero en cierta medida. La PSP no defraudó, pero tampoco emocionó. Se trata de una consola creada para ser sobresaliente que acaba limitandose en una buena consola. La paradoja de la consola perfecta para su tiempo que acaba pasando sin pena ni gloria por la mayoría de los corazones de los más sabios "gamers".
La PSP tuvo tres grandes fallos.
El primer gran fallo de la consola PSP fue, sin duda, la planificación. Una consola, así como un buen producto, tienen que salir al mercado en EL MOMENTO JUSTO. La PSP, salió demasiado pronto, o al menos eso parece. No puede ser que una consola salga al mercado y al cabo de tres años salga otra con un par de modificaciones. No puede ser que a su vez salga otra dos años más tarde con otros pequeños cambios y detalles. Estamos hablando de pequeños pero básicos detalles como la calidad de la pantalla, el peso o la cámara que bien se pudieron haber colocado en la PSP original. Más que mala planificación parece ser una estrategia comercial con el único y sagrado fin de recaudar más y más dinero. Al público no le sentó nada bien esto.
El segundo gran fallo de la PSP fue su repertorio de juegos. Las empresas con cada vez más ganas de ganar dinero y menos entusiasmo por crear buenos juegos, tuvieron la brillante idea de limitarse a adaptar los juegos de consola no portátil a la PSP. El repertorio de juegos de PSP se basa, más o menos, en un 90%, en adaptaciones de juegos provenientes de otras consolas. Y como no pueden avanzar en la trama de lo que son los "juegos adaptados", se limitan a hacer precuelas de la trama original. Los juegos adaptados a la PSP son precuelas. Se tratan de precuelas, muchas veces sin sentido, que poseen una trama aburrida y una duración muy corta. La mayoría de los juegos de la PSP poseen muy pocas horas de trabajo y eso puede ser muy apreciable a simple vista. La PSP no tenía la tradición de las portátiles de Nintendo y eso, en cierta medida, le pasó factura.
Muy pocos juegos están a la altura de lo que en realidad vale la PSP, o al menos la idea de la PSP. Del escaso y malo repertorio de juegos de la PSP, me quedo con los juegos originales, los que proponen cosas diferentes, me quedo con juegos como el Patapon o el Echochrome. Juegos que sin ser del otro mundo a nivel gráfico, te dejan la mejor esencia de una buena portátil.
El tercer y último gran fallo es muy sencillo pero a la vez complejo: la piratería. Primero hay que decir que la PSP es una de las consolas con pirateado más sencillo, tan sencillo que cualquiera puede hacerlo. No se puede hacer una consola con un pirateado tan sencillo y menos se puede cometer ese mismo error en las posteriores versiones. En segundo lugar hay que buscar las causas: Si los juegos no convencen y si los juegos son caros, la piratería es la mejor opción. Esto hace que, a nivel empresarial, evidentemente, se recaude menos dinero y que se invierta menos en desarrollo, lo que provoca una menor calidad en el desarrollo de nuevos juegos y un consiguiente aumento de piratería... todo un círculo vicioso. El círculo de la piratería. Cuando algo empieza mal, acaba igual de mal.
En resumen, en pleno 2011 podemos hacer un claro balance de una consola a la que le quedan muy pocos meses de vida. Siendo creada para marcar una época, la PSP pasa más a la historia como la primera portátil de SONY que como una gran portátil. Todo gracias a la mala planificación, al malo y corto repertorio de juegos y a su consecuente piratería masiva. Una pena.
A vísperas del comienzo de una nueva era en portátiles, la nueva consola de SONY se quita el gafe cambiándose de nombre a NGP (New Generation of Portables) dejando el nombre de la PSP en la sombra y en el pasado.
Una nueva consola que a nivel gráfico no deja de sorprender. Una nueva consola con más y mejores funciones en internet. Una nueva consola que, a pesar de tener otro nombre, me recuerda demasiado a la PSP.
Adiós PSP.