jueves, 23 de abril de 2015

Hombre al agua

Hay momentos en los que uno tiene que tomar el timón su propio rumbo, y estar dispuesto a abandonar el navío, aunque sea a nado. Supe que tenía que hacerlo, cuando me di cuenta de que llevaba meses navegando sin encontrar ninguna tierra digna a la vista. Sé que depende de cada uno, y de los barcos en los que uno esté metido, pero creo que esto es algo que todos deberíamos hacer al menos una vez en la vida. Saltar al agua. Parece de locos. Y lo es, por eso es necesario hacerlo con cabeza, porque sino lo más probable es morirse ahogado. Pero lo importante es no tener miedo, y saber hacerlo en el momento preciso. Antes de saltar, por ejemplo, me había pasado meses enteros en la cubierta observando el mar, sus mareas, vientos, y tempestades. Supe entender también las estrellas, y encontrar con gran rapidez la cruz que señala al sur. En el camarote, cuando el oleaje, el frío, o la tripulación me impedía quedarme en cubierta, aproveché para conocerme más a mí mismo y profundizar mis respiraciones, optimizar mis dorsales, y aprender la mejor manera para escaparme a nado. Pronto se acercaba el verano.

Amanecía. Casi nadie en cubierta. Estaba listo.

¿Por qué lo hice?
Por amor a mí mismo.

Salté al vacío
y sonó la campana.

¡Hombre al agua!


miércoles, 15 de abril de 2015

No cantes victoria

No cantes victoria,
solo por verme caminar encapuchado.
Eso de: "un día es el estado del ánimo del tiempo"
es fácil de decir cuando el cielo está tan gris
como mis pasos pesados y mi lento dormir.
Pero yo no lluevo, no soy el tiempo,
ni el tuyo, por más que alguno de los dos quisiéramos.
Yo no lluevo, no soy el tiempo
y si lo hago, me inundo por dentro, lejos de tus ojos.
Y si lo hago, hasta me resulta placentero.

Quién sabe.

Pero esa no es la diferencia, no.
El tiempo pasa, y es constante. Yo en cambio no.
Un día, realmente, es mi estado de ánimo. 
Un día, realmente, siempre es relativo,
y más si me acuesto a las siete de la mañana.
Un día puede durar semanas, hay veces que hasta meses.
Quisiera que este durara toda la vida, pero sé que no será así:
mañana todo será diferente.

Así que no:
No cantes, Victoria.