lunes, 31 de mayo de 2010

Cerebrito

Amanecía un nuevo día en París para Jean Renot Contreaux. Nada más levantarse exactamente, como todos los días, a las 7:04, Jean Renot Contreaux desayuna sólo en su pequeña pero ordenada casa. Concretamente desayuna una pieza de fruta, un café con un 72.5% de leche y una tostada con dos milímetros de mantequilla y tres de mermelada de albaricoque, su favorita.

En el camino a la oficina, Jean Renot Contreaux cuenta el número de baldosas enteras, el número siempre suele ser 11.298 baldosas, 1.342 de ellas, situadas en las esquinas, están hechas para los invidentes.

Cuando sube a la octava planta del bloque de oficinas "Le Rebilliere", En la zona BC, se sitúa en el cubículo número 32 B. En su cubículo, a Jean Renot Contreaux le espera sus 3 lápices del número 2, un portafolios con las tareas del día, y su magnifico ordenador.

Rompiendo la rutina y normalidad, en su escritorio estaba el último informe de eficiencia de los empleados. Excitado Jean Renot Contreaux abrió el sobre esperando ser una vez más el empleado más eficiente de ESIS SA, la compañía para la que trabaja.

Según el último informe de ESIS SA, Jean Renot Contreaux promedia unos 21.345 códigos programados por jornada, el segundo mejor detrás de Frank Ambreau.

Jean Renot Contreaux no entiende esto y se da cuenta de que estaría por delante de Frank Ambreau de no haber sido por su inexplicable descenso de eficiencia producido durante las ultimas tres semanas y media. También hay un comunicado de que el jefe Felix Poitreneud quiere verle en persona.

Jean Renot Contreaux no explica su imprudente descenso de eficiencia, él sabe que pueden prescindir de sus servicios como cuando despidieron al que era el más veterano de la oficina, Florent Monfils. Jean Renot Contreaux nunca había hablado personalmente con el jefe y teme por su continuidad en el trabajo.

Jean Renot Contreaux acaba tan aliviado como sorprendido tras la reunión. Al parecer, esto se debe a un exceso de estrés y por lo tanto Felix Poitreneud, consciente de la tremenda eficiencia laboral de Jean Renot, le regaló unas vacaciones pagadas a Ibiza, islas Baleares.

Jean Renot Contreaux, nunca había tenido vacaciones. Esta sería su primera vez. Al día siguiente por la mañana se compró un bañador de 19,90€, unas gafas de 190€ y una cámara de fotos desechable de 11€.

El viernes de esa misma semana a las 13:50 Jean Renot Contreaux ya estaba en Ibiza. Se fue a su habitación, dejó las maletas comió unas tapas en el restaurante del hotel y se fue a la playa. Arribó a la playa a las 16:12.

Se puso a contar las personas que habían en el agua.



FIN

Poco después regresó a París. Volvió al trabajo. Le despidieron. Y se suicidó. Un don nadie menos.

1 comentario:

  1. Bastante impactante el final jajaja está muy bieeeeeeen se nota que eres de letras jajajaja
    <3

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