En pocos días o pocas horas salen las listas definitivas de la universidad, es ahí cuando sabré a qué mierda de carrera entraré.
Esta es la historia:
Resulta que ya he acabado el bachillerato de lo más normalmente con una nota mierda, digo nota media de 6.
El primer año (que es donde hay que conseguir la media más alta) me metí en la rama de ciencias sociales (matemáticas y económicas) por las "salidas laborales" y no por mis gustos propios, un error. Resultado: me lo pasé a medias, es decir, fue un desastre. Faltaba demasiado a clase y creo que no estudié casi nada. Conclusión: media 5,8 y una asignatura pendiente.
En segundo me cambié de modalidad, a humanidades (Latín, historia del arte). El año fue el mejor, es donde más relacion entablé con mis compañeros, donde fui casi siempre a clase y donde me esforcé algo más (sólo un poco). Pero (siempre hay un pero) segundo es segundo, y fue el año más exigente. Conclusión: Media final 6,2 pero con dos asignaturas para septiembre.
Resumen de bachillerato: 6, sin esforzarme nada. Todo y todo es consecuencia de mis actos y de mi olgazanería.
Ahora bien, verano estudiando para el selectivo (sin matarme), convencido de que, según cualquier docente en funciones, se reservaban un 10% de las plazas para los pringados, tontos o vagos de septiembre. Nada más lejos de la realidad.
Hice el selectivo, lo hice (como no) de la manera más normal y corriente (media de 8,3 sobre 14). Consciente de que sería provable de no entrar en la carrera que quería me dirigí a la preinscripción. Lo que no sabía era que sería literalmente imposible entrar en casi cualquiera.
Llega la preinscripción, reencuentro con los otros tontos, pringados o vagos de septiembre; y por fin me toca el turno de hacer, junto a la coordinadora de bachiller de mi colegio, la preinscripción cía internet. Después de rellenar el formulario de turnocon todos los datos personales se me despliega las carreras que puedo elegir.
Yo, que me había quedado en el ordenador hasta tarde eligiendo cuidadosamente qué carreras elegir, me entraron ganas de llorar. Fue tal la indignación, que, tras mirar la lista de arriba a abajo por lo menos cinco veces, estuve a punto de levantarme y marcharme sin preinscribirme en nada. Estas eran las famosas carreras que aun le quedaban plazas estadísticamente hablando:
-Un 70% de las carreras eran científico-técnicas.
-Del 30% de las demás (que eran más o menos de mi rama social-humanística) el 20% se encontraba en la Universidad de Miguel Hernandez o en la Universidad de Alicante (Muy lejos teniendo en cuenta que sus facultades no sólo se encuentran en alicante sino también en pueblos como Elche, Altea u Orihuela)
-En conclusión, sólo había un 10% de la lista de carreras en la Comunidad Valenciana disponibles dentro de mis posibilidades. Teniendo en cuenta que un 3% pertenecía a universidades privadas o a plazas exclusivas para deportistas de élite, mi porcentaje de elección se situaba en un 7%.
Yo sabía que mis posibilidades de elección iban a ser bastante más reducidas que las de mis compañeros de junio, pero no sabía que la supuesta libertad de elección se quedaba en eso, en supuesta.
Al final me tuve que conformar eligiendo las siguientes mierdas, digo carreras:
1- Mierdas modernas, digo LENGUAS modernas. VALENCIA.
2-Historia del arte. VALENCIA.
3-Grado en humanidades: estudios interPENE-ANALES, digo interculturales. CASTELLÓN.
4-Estudios ingleses (4.5 en inglés en el selectivo). CASTELLÓN.
5-Relaciones laborales y recursos humanos. CASTELLÓN.
Al salir de la indigna preinscripción, me enteré de que esto es así porque hubo dos (como de costumbre) subastas de notas. En estas subastas, se reparten las plazas vacantes que sobran a gente interesada en entrar pero que no le llega la nota por poco. Estas son en junio y septiembre. Pero lo que ocurrió es que la de septiembre se hizo sin la gente de septiembre. Conclusión: Los de septiembre, por vagos, tontos y pringados, nos quedamos con las migajas, es decir, con las carreras donde nade se quiere meter. Terrible teniendo en cuenta que tampoco tenemos derecho a meternos en lista de espera para entrar en otra carrera.
En mi caso, por lo menos, que no tengo muy claro lo que quiero hacer con mi vida, este año me vendrá de perlas, pues tendré un año "sabático" para pensar y pasarlo bien y culturizarme. Tuve suerte. Pero hay otros, como los que quieren entrar en psicología desde la rama de sociales, que no podrán entrar nunca más puesto que no sólo no hay plazas en septiembre, sino que no podrán hacerlo el año que viene debido a que, a partir del año que viene, sólo aquel que tenga bachillerato de ciencias podrá presentarse a psicología.
En conclusión, no sé si será solamente así este año o si será igual para siempre a partir de ahora, pero recomiendo y reitero que nadie cometa mi error. No os confiéis, estudiad un poco y no seáis pringados tontos o vagos. Que merecerá la pena igualmente. No hay nada como la libertad a la hora de elegir. Si vas a septiembre tendrás la misma libertad que el más lineal de los juegos arcade.
Hacedme caso, esforzáos...
Y el selectivo es una chorrada.
--ACTUALIZADO--
Resulta que este año es el último año del selectivo de septiembre. A partir de ahora, los que tengan asignaturas pendientes, tendrán que hacer el selecctivo en Julio.
Sin duda alguna, qué mala suerte tenemos los del 92.
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