lunes, 19 de noviembre de 2012

Feliz lunes

Me pasaba muy a menudo: de niño muchas veces no podía dormir simplemente porque no podía parar de pensar. Y ya ves tú, son las seis de la mañana y mi mente sigue girando igual de fresca que hace una docena de años.

Mi táctica de imaginarme a mí bajando escaleras cada vez más oscuras para dormir empieza a fallar, el insomnio ahora mismo es la única opción. ¡Y ojalá fuese llevadero! ¡Y ojalá fuese tan simple de dejarse llevar! Imposible. Me pongo música, discos enteros y canciones sueltas y por mucho que mis oídos y mis acúfenos estén controlados mi mente sigue moviéndose.

Y no paro de pensar... ¿En qué? en todo, aunque en realidad ni siquiera estoy seguro de nada. Todo se mueve, todo lo que gira desde mi perspectiva avanza, crece o evoluciona. Y yo mirando como todo se amolda, avanza o retrocede, descubro que soy el único de la muchedumbre que está sentado. Sentado y sintiendo. ¿Qué impresión tienen de mí? ¿En qué les agrado, en qué les repudio o solo les provoco mera indiferencia? (...) Y sigo sentado. Riéndome unas veces con alguien que se acerca a saludar y llorando otras tantas al verme tan solo entre la multitud.

Necesito a "alguien" que se quede sentado un rato conmigo cuando esté cansado de vagar sin sentido en este mundo, eso está claro. Sin embargo, lo que verdaderamente necesito es controlar esta sensibilidad que me aisla y que me acerca a la gente. Y es que la sensibilidad bien controlada puede ser la fuerza más poderosa que puedo poseer.

Y ya son casi las siete y está amaneciendo, ni el noctámbulo de mi compañero de piso mora por los pasillos de nuestra casa. Empezaré la semana con cansancio sí, pero con la noche bien aprovechada. Solo de las noches en este piso con mi gran amigo noctámbulo surgieron varias de las mejores conversaciones que he tenido en mi vida. Y ninguna de estas me ayudó directamente, sin embargo todas me ayudaron a ayudarme a mí mismo. Me alimentaron el deseo de la búsqueda del control, de la búsqueda de este dominio de la sensibilidad que me facilite el andar y el sentarme cuando, en el fondo, a mi me plazca.

La sensibilidad controlada es la meta.

Esta semana será fantástica.

Feliz lunes.


PD: El noctámbulo no estaba dormido.

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