domingo, 3 de enero de 2016

2016

Bendito sea el mono y su andar orgulloso. 
Benditos sean sus aullidos, 
y benditas sean sus ganas de querer seguir aullando. 

Valiente sea el primate, 
y su ímpetu por seguir trepando
y por saltar ríos
y por bajar a tierra
y por erguirse con orgullo.
Orgulloso sea el simio,
de su velocidad y fortaleza
de su sociabilidad e inteligencia
de su pulgar peludo
y de su cola,
y de sus ideas.

Altos sean sus saltos, 
y altas sus miradas, siempre arriba.
Fuertes sean sus mandíbulas 
para tan fuerte herbívora tripa.

Hostil sea el mono, 
dominante en sus dominios. 
creativo en sus estrategias 
y voraz en sus deseos.
Soñador por las noches, 
realizador por el día,
sobreviviente por instinto
preocupado en familia.

Bendito sea el mono que se empapó al nacer,
que fue recordado en madera tallada
decorando escudos y macanas de obsidiana.
Bendito sea el mono en llamas,
y sus pasados incendiados.
Bendito el humo que lo rodea,
y su mojado cantar dorado.
Siempre, mirando hacia adelante.
Siempre andando orgulloso.

Bendito sea el mono

y bendito sea este nuevo año
que no en vano para el mono empieza quemado.

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