sábado, 31 de julio de 2010

Tardalona 3

·3



Sólo hay una cosa peor que ser viejo: ser viejo y encima ser pobre y soltero. Giro mi cabeza y donde antes había todo un navío con una brava tripulación siempre con ganas de marcha, ahora sólo hay una pequeña barcaza de transporte con sólo 2 personas a bordo. Miro a la cristalina agua y me veo reflejado en ella: Donde antes había un temido capitán con una espesa melena negra como la pólvora, ahora sólo hay un viejo canoso pirata fracasado, una vieja gloria que vive de las batallas del pasado.

Todo comenzó hace más o menos cuarenta años en Londres. Cuando era un crío escocés de 17 años recién llegado a Inglaterra, un vagabundo sin familia que dependía del crimen para sobrevivir. Ocurrió que un día me alisto en un barco de la corona en busca de aventuras y de una vida mejor. Era un navío grandioso y enorme, pero carecía de nombre.

Por aquel tiempo salían cientos de barcos hacia el nuevo mundo y nuevas tierras en el sur, pero la Corona no nos quería allí, nos querían en el mediterráneo, en las costas españolas para "incordiar". ¿Incordiar? Con el paso del tiempo me di cuenta de que estaba rodeado de psicópatas locos y asesinos y eso me encantaba. Adoraba robar, saquear barcos y puertos españoles. El imperio español concentraba casi toda su flota en el caribe y nuestra presencia en su misma casa les tocaba realmente los cojones jajaja.

Con el paso del tiempo llegué a ser el capitán del navío -y hay que decirlo- por mis cojones escoceses así de grandes. Lo primero que hice fue bautizar al barco con el nombre "My girl's pussy", que, ojo, fue elegido absolutamente democráticamente por toda la tripulación a bordo.

No tardé mucho en encontrar un refugio, un escondite perfecto que nos mantenían escondidos de los jodidos barcos de los españoles. ¿Os lo imagináis? ¿Un lugar desconocido para los españoles donde se pueda esconder un barco de cien metros de eslora con una tripulación de setenta hombres? era de locos. Situado en una bahía muy cerrada, casi una albufera, cubierta por espesa vegetación y respaldada por una auténtica muralla natural de montañas, hacía de ese sitio el lugar idóneo para nosotros. Lo llamé "El Picadero", vale no es muy original, ya lo sé, pero es lo mejor que se me ocurrió en ese momento. Fue en ese lugar donde nos abastecimos y guardamos el oro de unos cuantos años -creedme era mucho, pero que MUCHO oro- hasta que llegaron esos dichosos condes franco-catalanes.

Defendimos El picadero a muerte, bueno casi a muerte, pues en el fondo yo y todos los muchachos teníamos los días contados, y eso lo sabíamos. Estábamos cagados.

Una mañana, durante el asedio, me di cuenta que los hijos de puta de mi tripulación me habían abandonado -¡Malditos piratas!-. Por suerte, aunque estaba sólo, me encontraba con la mayor parte del oro entonces mientras revisaban el refugio en búsqueda de supervivientes me coloqué en un sitio discreto y empecé a cavar y a cavar y a cavar para guardar todo el oro que pude. Creo que cavé un hoyo de casi cinco metros de profundidad y enterré todo el oro que encontré allí.

Buscando un bote para poder escapar, me topé con nada más ni nada menos que con trece marineros españoles. Ahora viene lo bueno, lo que ocirrió es que me los cargué a todos, a cada uno, con la misma pala de excavar que había utilizado poco antes y me llevé sus credenciales como trofeo -soy muy fetichista para esas cosas-. Milagrosamente logré escapar. Lo único malo, es que no me hice ningún mapa para saber donde exactamente lo escondí, pequeño contratiempo.

Mi hazaña no pasó por desapercibida y, una vez fundada Tardalona, tanto piratas como civiles han buscado incansablemente mi tesoro pero ninguno lo ha encontrado hasta la fecha, por eso me gane el mote "the digger", pues no sólo al parecer hice un pozo muy profundo sino que mi anécdota de la pala y los marineros fue tan popular que recorrió y llegó a los siete mares. Ese mote me dotó de cierta popularidad.

Me fui lejos de allí, muy lejos, me fui al nuevo mundo, viví en el sudeste asiático, pero con el paso del tiempo he perdido vigor y me he hecho viejo y pobre.

Ahora que ya tengo, creo, alrededor de sesenta años, regreso a "El Picadero", ahora llamado Tardalona, una ciudad nueva para mí y para casi todos, a "cobrar mi jubilación", quiero vivir lo mejor posible en mis últimos años de vida.


Me llamo Dave "the digger" James y he venido a por mi oro.
Pero, oh, ¡cuánto a cambiado este maldito sitio! ¡MALDITA SEA! ¡¿dónde coño está?!

martes, 27 de julio de 2010

Tardalona 2

·2



Ya era bastante tarde, hacía tiempo que la luna había salido y nosotros seguíamos cabalgando por este dichoso y maltrecho sendero.

Yo voy a la cabeza mientras mi acompañante Claude me sigue con todo mi equipaje. Sí, sólo somos dos porque en cualquier pueblo de esta zona nos recomendaron ser discretos por estas tierras plagadas de bandidos, y más si uno pertenece a cierta clase de nobleza como yo. Por eso marcho así de discreto, con esta capa marrón en este oscuro sendero alejado de la mano de Dios. De repente el camino se bifurca en dos, uno a la derecha y otro a la izquierda.

-¡Claude!, ¿ Me puede dar el mapa?

-Por supuesto, monsieur Tardal, es suyo.- Me lo extiende.

-No, usted se equivoca, es de mi padre, que aunque esté muerto, sigue siendo suyo.- Lo cojo y lo examino.

-¿Y bien monsieur? ¿Cuál de los dos es nuestro camino?

-Me temo que ninguno de los dos Claude, nuestra dirección se encuentra en medio.

-Pero monsieur Tardal, ese "camino" es inaccesible para nuestros corceles.

-Seguiremos andando, según el mapa, no son más de mil quinientos pasos, habrá que desacerse de nuestros caballos...-Levanto la mirada y veo el pobre Claude mirándome con cara de desánimo por tener que abandonar su amado corcel Bordeaux.- Oh, de acuerdo, los ataremos en uno de esos árboles. Ahí estarán más o menos ocultos, y más a esta hora. Luego cuando usted regrese, podrá volver a por ellos, le regalo el mío, voy a estar un tiempo allí en Tardalona y no lo necesitaré.

-Oh, muchísimas gracias monsieur.

Empezamos a andar a través de esa espesa maleza mediterránea. Decir que eso es un camino parece una tomadura de pelo, pero sin embargo este viejo mapa es muy preciso y deja bien claro por donde hay que ir, aunque sea por encima de vegetación virgen, este mapa fue muy utilizado por mi padre y mi familia y nunca había fallado, y gracias a éste hasta ahora no nos habíamos perdido.

-Monsieur Tardal.

-¿Sí, Claude?

-¿Por qué ir a Tardalona? Dicen que sólo se trata de un mito que se inventó su familia.


-Pues verá, es un poco larga la historia... No estoy yendo a Tardalona, estoy regresando...

Hace más o menos treinta años, Tardalona, no existía, la encontró mi padre, el gran Luc du Tardal. Fue a él quien se le ocurrió limpiarla de la calaña que se amontonaba ahí para hacer una prospera ciudad fortaleza portuaria. Pero no podía hacerlo sólo y además de sus hombres, llamó a su hermano, mi tío, François o Francesc de Tardal. En mes y medio el asedio concluye con victoria para mi familia, pero mi padre acaba muriendo debido a una infección provocada por una herida en el asedio.


La ciudad queda en manos de mi tío, quien a partir de ahí me trató como a su propio hijo, que en eso de algo más de veinte años consigue hacer una ciudad medianamente próspera. Pero un par de años después fallece de manera extraña, dejando un testamento donde cedía sus posesiones, Tardalona incluída, al estúpido de su hijo, cosa muy rara pues siempre yo le había caído mucho mejor que a su propio hijo y siempre me había manifestado sus deseos de que yo herede Tardalona. Yo le conocía mejor que nadie y sabía que tanto su muerte como su testamento era un fraude, una conspiración.

Dicen que fue su hijo Jan de Tardal, pero ese chico es demasiado inocente y estúpido como para cometer tal acción. Estoy más que seguro que fue su mano derecha, Pompeu Bordas pues todos sabíamos que él deseaba governar la propia ciudad que él había edificado. Bordas modificó el testamento de manera inteligentemente sutil, pues si se hubiese puesto a sí mismo de heredero estaría cantado de que era un fraude. Lo modificó de tal manera que dio todas sus pertenencias a su único hijo Jan.

Jan siempre había manifestado su deseo de marcharse de ese aíslado sitio, así que no tardó en irse dejando Tardalona al segundo de la familia, Bordas. ¿Por qué no me lo dejó a mí? Porque no teníamos relación alguna, él me siempre me había envidiado por haber recibido mucho más afecto de su padre siendo yo su sobrino. Además él tenía una muy buena amistad con Pompeu desde hacía mucho tiempo.

Lo del mito que lo primero que hizo Bordas fue abrir quince tabernas es falso, lo primero que hizo fue desterrarme a Francia con mis otros parientes, luego ya montó sus bares y todo lo que quiso. Sabía que yo lo sospechaba, por eso me echó. Por suerte antes de ser expulsado cogí este, creo que único, mapa que revela la localización y el acceso por tierra de Tardalona. Y es ahora, ocho años después, cuando decido regresar a Tardalona.


-Buena historia, monsieur, pero ¿Por qué ocho años después?

-Me he estado entrenando, tanto física como psicológicamente, necesitaba también meditar cómo y qué debería hacer. He practicado algo de esgrima.- Le muestro detrás de la capa "le Vertueux", un magnífico sable de acero con la empuñadura dorada e inscripciones en plata.

-¿Y por qué vamos por tierra?

-Pues verá, hoy en día nadie viene por tierra a Tardalona, casi todo el mundo va por mar, y hay mucho control, sé que por tierra sólo hay un par de guardias fácilmente sobornables, es la mejor forma de entrar sin que se entere Bordas... Mire Claude, ¡ya veo las antorchas de Tardalona! Ahora deme mi equipaje y vuelva a su casa- Claude me pasa mi pesado equipaje y le entrego un saco con unas monedas de oro.

-Gracias monsieur, Una última pregunta, ¿por qué me cuenta todo esto?

-Verá Claude, puede que no regrese con vida de esta ciudad, puede que mi misión no salga exitosa. Necesito que alguien de confianza aunque sea humilde sepa la verdad, y ahora que puedo contárselo a alguien se lo cuento a usted.- Apoyo mi brazo sobre su hombro y le entrego el pergamino.- Ahora usted tiene el mapa, utilícelo para regresar a su casa, y, ya sabe, se queda con mi caballo.

-Cuídese señor, rezaré por usted con mi esposa todas las noches.

Sigo con la vista a Claude hasta que se pierde por el bosque, me giro y veo a lo lejos luces proveniente de una pequeña ciudad costera situada en una pequeña y escondida bahía, Tardalona. ¡Qué bella que era!. De pronto me viene la nostalgia de haber pasado los mejores momentos de mi vida en esta pequeña ciudad.

He de dejar estas nonterías ahora este sitio es muy diferente al de hace ocho años, he de andarme con cuidado. Mi misión empieza aquí.


Me llamo Dominique du Tardal y he venido a recuparar lo que es mío. Tardalona.

sábado, 24 de julio de 2010

Tardalona 1

-Dicen que por las noches, la pequeña ciudad antigua Tardalona, al igual que muchas ciudades, cambia. La que por día es quizás una de las ciudades más antiguas de Catalunya, por la noche se convierte en una ciudad silenciosa y siniestra donde la oscuridad se apodera de todas las calles una a una. La ciudad entonces se convierte en un lugar salvaje y peligroso donde los débiles se encuentran a merced de los más fuertes, es ahí entonces cuando reina la violencia, el crimen y el caos... y el ron por supuesto.

-Bah, ese infierno es un mito... Ya verás como no existe, he navegado por aquí un millar de veces y no he encontrado nada, NADA.

-Sigue navegando, yo te pago, no me cuestiones... Ajá! ¿Si Tardalona no existe, cuál es esa ciudad, esa que hay dentro de esa bahía o albufera?




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Tardalona es una municipio situado en algún lugar de la costa brava, escondido para todo aquel que no sepa llegar.

Tardalona era un lugar apto para el crimen, se encontraba en un lugar discreto y su localización estratégica la convertían en un escondite perfecto donde sólo se podía llegar por un estrecho sendero y por el mar. Al parecer un grupo de marineros errantes, piratas si lo preferís así, encontraron este sitio e hicieron de él su "picadero". Con el tiempo fue prosperando llenándose de criminales hasta que llegó, en 1614, desde Francia el conde catalán Francesc de Tardal.

Francesc de Tardal fue el primer noble en fijarse en este territorio tan estratégico. Mandó allí a toda su flota y, tras seis semanas de una durísima batalla, se hizo con la ciudad. Lo primero que hizo fue renombrarla según su apellido y levantar fortificaciones haciendo de este escondite una auténtica fortaleza infranqueable. Tras unas cuantas reformas básicas en el ámbito civil y urbana, Francesc de Tardal se construye su majestuoso palacio y vive allí unos veintitrés años, hasta la fecha de su muerte. En ese periodo de tiempo la ciudad experimente un gran auge económico.

Tras la muerte de Francesc de Tardal la pequeña ciudad queda en manos de Jan de Tardal. Jan de Tardal era una persona muy curiosa y vital y no tardó en abandonar su ciudad. Pero lo era de curioso como lo era de imprudente, pues fue él quien, un miércoles, dejó su localidad al segundo de su padre Pompeu Bordas.

Pompeu Bordas era un auténtico desastre. Era un joven arquitecto rechazado por la sociedad francesa debido a sus tres adicciones: el ron, la comida y las mujeres. Vivió exiliado como un vagabundo hasta que se encontró con Francesc de Tardal quien le ofreció empleo a cambio de viajar a su nueva ciudad. Fue él quien construyera los edificios insignea y organizara urbanísticamente la nueva ciudad de Tardalona. Con el paso del tiempo se hicieron muy buenos amigos hasta que el conde murió. Ansioso por tomar las riendas de esta ciudad fue él mismo quien apoyó a Jan de Tardal a marcharse de Tardalona.

Lo primero que hizo don Pompeu Bordas fue abrir unas nuevas quince tabernas, tres para cada uno de los cinco distritos de Tardalona (En realidad, lo que Pompeu entendía por taberna, era en realidad comida, ron y prostitutas bajo un mismo techo) y declaró que todos miércoles sea fiesta local, pues fue un miércoles el día que Pompeu sube al cargo de Tardalona. La alegría fue inminente, pero las risas y las carcajadas con el tiempo fueron tapadas por la corrupción y el olor a pis y a ron.

Fue en ese instante cuando empieza a haber en toda Europa un éxodo del crimen hacia Tardlona. Donde una vez había prosperidad ahora sólo hay corrupción y caos.

. . .

Corre el año 1645, me llamo Ferran Corominas, he venido para encontrar a mi hermana.

martes, 20 de julio de 2010

Onomatopeya 1: 1914

Ruidosas las locomotoras arrancaban desde la estación de ferrocarril de Rotterdam hacia "las canteras del rin".

Las nubes tronaban, rayos y relámpagos martillaban el cielo acabando con la calma. Era ensordecedor, el chirrido de trescientas toneladas de hierro transportando sucio carbón arrancaba las entrañas de cualquiera. Gritaba con voz ronca Rudolf, el conductor, la orden de acelerar, mas nadie le oía.

El tren ya rodaba a raudales y avanzaba por una de las ramblas de las redes ferroviarias, el vapor oscurecía aun más el cielo, pasando Stuttgart, cerca de esas montañas rocosas ya se encontraba.

Risenberger, la empresa minera estará contenta, pues el carbon era el recurso más usado para mover las maquinas rompedoras de piedras. Estas contenían en gran parte hierro, un material muy reclamado. Y cargaban carbón en grandes cantidades.

Rudolf, risueño por el gran trabajo realizado, rompió el hielo y le recitó al ingeniero oficial, un chiste. Sin embargo ni gracia le hizo al ingeniero a bordo pues no oyó nada debido en gran parte al ruido del ferrocarril y de la tormenta y a la resaca de ayer pues se había casado su retoño, Ralph.

Tres días más tarde, el tren arribaba a "las canteras del rin" y para gran sorpresa, ésta en ruinas se encontraba. Al parecer unos nuevos carros de guerra pesados de Prusia, habían roto y acabado con la estructura de la cantera provocando nada más que destrucción. Los restos eran nulos y las perdidas humanas eran tremendamente grandes.

Sin saber qué hacer el conductor hechó a correr como un perro, gritando, gritando y gritando de terror, en depresión terminó el pobre Rudolf.

Dos meses después la gran guerra empezaba, arrastrando horror y destrucción por el centro de Europa.


FIN

jueves, 15 de julio de 2010

Moscas Volantes

Una, ¡Tengo una!... no, espera... ¡Hay 3 más! Una es un poco más oscura que las demás... y por allí veo una ocn forma de chorizo... Nunca la había visto de esa forma...



Llevo más de tres meses así, desde que me he enterado de que existen... Siempre las había visto pero nunca las había observado. Moscas volantes, así se llaman coloquialmente. Al parecer se tratan de opacidades que surgen en el interior de nuestro ojo y las causas de éstas son totalmente desconocidas, aunque se las relacione con la miopía o el envejecimiento. Al parecer no suponen ningún problema para nosotros, simplemente están ahí, delante de nuestros ojos (o mejor dicho: en su propio interior) flotando...

Pero, no todo es lo que parece, y para mí el tener moscas Volantes es un auténtico problema: siempre están ahí, sólo, tienes que fijarte un poco para que te acuerdes de que siempre están ahí. No puedo leer más de veinte páginas seguidas de un libro porque me acabo fijando, no puedo mirar a los ojos a alguna persona porque están ahí... Están ahí todo el día, incluso cuando cierras los párpados están ahí.

"Estás loco", me dicen unos, "no te fijes en tonterías", me dicen otros, "esas moscas flotantes que tú dices no existen" me roprachan los más tontos. La verdad es que me siento sólo en esto, quizás, por eso este hablando de esto contigo, no sé.

Según estudios médicos las moscas volantes son opacidades dentro del globo ocular. ¿Opacidades? ¿Qué forma tiene una opacidad? ¿Haz visto o tocado una opacidad en tu vida? ¿Cuántas?, me parece una tontería y una respuesta muy fácil y sencilla para tapar bocas de la gente obsesionada como yo.

Otro punto a destacar de las investigaciones médicas es que pueden estar relacionadas con enfermedades en la retina. Entonces uno empieza a pensar ¿Y si estas cosas redondas que hay en nuestro humor vítreo, que pueden juntarse entrelazarse y formar estructuras tan complejas como las de con forma de telaraña, tienen vida, vida inteligente?.

La gente me dice ¿por qué? y yo respondo ¿por qué no?. Quien sabe, a lo mejor se mete cuando somos niños, o cuando crecemos da igual. Se meten, se introducen. Y si no, ¿por que aumenta el número de caso según la vejez?... nos vigilan, nos tienen fichados y se meten cuando pueden en el momento justo. Todos tenemos nuestros ojos oculares llenos de ellos... ¿Son moscas volantes o platillos volantes?

Yo creo que por ahora no tienen nada negativo planeado, yo creo que sólo observan, estudian, ven lo que nosotros vemos, justo del mismo punto de vista, contemplan las mismas experiencias que vivimos nosotros: El primer amor, el hecho de competir en un deporte, el enamorarse de un paisaje, disfrutar de nuestros modos de vida...

Mas ¿De dónde vienen? ¿Son de otro planeta o de este mundo?... Preguntas que me hago día a día... no sé. Ya sé que me influye el hecho de estar en paro y de no hacer nada todo el día pero es algo que no puedo evitar, me obsesiona.

Pero, ¿Por qué me obsesionan tanto? ¿Acaso me están influenciando activamente? ¿Acaso han salido de mi globo ocular? Claro, si pudieron entrar, también podrán salir de la misma forma digo yo. Es complicado, no puedo compartir mi idea con nadie pues es algo inverosímil que me he inventado yo, en fin.

Mira, veo ocho: Siete de ellas están juntas en un grupo y una está separada... ¿Qué habría hecho para que la marginaran?


Fin

martes, 6 de julio de 2010

Esa canción de siempre

Y vuelve a sonar la misma canción de siempre, sí esa canción de moda, esa canción que convierte a cualquier persona en una marioneta que se vuelve loca, y los que se resisten lo solucionan con un poco de alcohol en la sangre y se unen a los demás. Suena esa canción, este microcosmos cambia, empieza a enloquecer, la gente enloquece.

Hoy soy un mero espectador.

Con las luces apagadas, los decibelios por las nubes y millones de hormonas en punto de ebullición, empieza el show. Me considero un espectador activo, intento ver este único pero común espectáculo desde todos los puntos de vista posibles. Mi rumbo nunca no es fijo ni meditado. Cuando empieza esta canción suelto el timón de dirección y voy a la deriva de este mar de personas tan bravo como el mismísimo Mar de Bering.

Me encanta, me muevo a través de una unidad. Con las luces cegadoras la música al máximo y el efecto del alcohol los sentidos y la noción de la realidad se reducen hasta tal punto de acabar por un rato con la desigualdad humana, un asunto que parece ser imposible. Esta canción, este tema, de una forma u otra ha conseguido lo que jamás han conseguido las organizaciones no gubernamentales o la mismísima ONU, acabar con la desigualdad, aunque sea por cinco míseros minutos.

Pero hoy no, no igualdad absoluta pues me encuentro una vez más al margen de esta utopía, me dejo llevar pero siempre con los ojos bien abiertos. Me encantan los pequeños detalles que me hacen acordar de que no estoy en medio de una unidad sino que estoy en medio de una multitud. Detalles como la torpeza de unos o la elegancia de otros a la hora de moverse, la inocencia de unos o la locura de otros, pero sólo son detalles que puedo distinguir yo porque estoy fuera y me encanta.

Todo el mundo me mira pero nadie me observa. Sigo mi camino, entro en contactos con muchos mas a nadie le importa, ahora mismo está puesta la canción, el resto es irrelevante.

Pero de pronto algo se salta del protocolo, en medio de la multitud veo unos ojos que me observan. Creo que no soy el único, ni esperaba serlo pero ¿En esta misma hora y lugar?. Me acerco, mi ritmo cardíaco aumenta, ahora soy yo quien pierde la noción de la realidad, ¿será esa canción?.

Es una chica, es hermosa. Le ofrezco un ticket verde que pone "refresco". Se ríe. A petición del público repiten esa canción. Esta noche será un poco más larga.


FIN

jueves, 1 de julio de 2010

Yo vs. Yo

- Y... ¿Ya has decidido que vas a ser?

- Sí, quiero ser escritor.

- ¿Escritor?

- Sí, escritor.

- Pero, si tú no has leído ni 20 libros en tu vida, ¿cómo vas a ser escritor?

- Practico, tengo un blog.

- Seguro que no lo visita nadie.

- No, en verdad sólo lo leen mis amigos.

- Vaya chapuza de blog, ¿Y cuáles son tus influencias?

- Dicen que Bukowski entre otros.

- ¿Bukowski? Pero si sólo te has leido un libro suyo y para colmo te lo terminaste esta semana, entonces ¿Cómo diablos puedes tener influencia de Bukowski?.

- No lo sé, es lo que me dicen mis amigos.

- ¿Y ellos son acaso personas de opinión respetable?

- Sólo son mis amigos... pero, ¿a ti qué coño te pasa conmigo?

- No, nada.

- Oh, ¡joder!, te comportas como un auténtico gilipollas cuando yo te hablo de mis intereses.

- No, es que...

- ¿¡Es que qué!?

- No sé leer...

- ¿Cómo?

- No sé leer.

- ¡¿Y qué hace un analfabeto preguntándome sobre mis influencias y demás?!

- No sé, sólo quería parecer más culto.

- Vaya... Pero...Pero ¿cómo puede llegar un analfabeto a ser sargento de policía?.

- Pues... Enchufe...

- ¿Enchufe?

- Sí...

- Pero, ¿Ninguna palabra?

-...

-Y... ¿Cómo están María y las niñas?



FIN