Me acordé en mis estudios, me memoricé todos los temas. Me acuerdo de mis buenas notas, me acuerdo aun del contenido de cada temario. Me acuerdo de cada uno de mis nuevos y viejos profesores y alumnos, me acuerdo de sus nombres y apellidos, me acuerdo de cada una de sus caras. Me acuerdo de sus cumpleaños.
A mí, a mí que nada se me olvida
Aun me acuerdo de cada gol, de cada partido visto y vivido. Me acuerdo de cada jugador, me acuerdo de su trayectoria deportiva. Me acuerdo de cada copa, liga y de su correspondiente ganador en su correspondiente año. Me acuerdo de cada entrenador y árbitro.
A mí, a mí que nada se me olvida.
Me acordé de toda la historia, me la memoricé, me acuerdo de cada noticia vivida, me acuerdo de donde y cuando pasó cualquier acontecimiento, evento, crisis, cataclismo. Me acuerdo incluso de la fuente que me dio esa información.
A mí, a mí que nada se me olvida.
Me acordé de los cuatro tomates, del los tres pimientos rojos, del otro verde, de la ristra cebollas, de los packs de leche y de agua, del ketchup, la mayonesa, el pan, del pan lactal, de la nata, la sal, el pescado (filetes de meluza), de la carne picada, las chuletas de cerdo, del pack de gelatinas, de los paquetes de arroz y macarrones, del tomate frito, de las judías, del champú, y hasta de la valleta y de la pasta de dientes.
A mí, a mí que nada se me olvida.
Pero, aun así...
Se me olvidó que ya no estás
A mí que nada se me olvida.
Se me olvidó que ya ni me recordarás.
A mí que nada se me olvida.
Se me olvidó que tengo una herida.
A mí que nada se me olvida.
Se me olvidó que va a volver a sangrar.
A mí que nada se me olvida.
Se me olvidó que no te llore.
A mí que nada se me olvida.
Se me olvidó que te perdí en las sombras escondidas.
A mí que nada se me olvida.
Se me olvidó que te olvidé,
A mí, a mí que nada se me olvida.
Fin
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