jueves, 3 de noviembre de 2011

EVA, con mayúsculas

Ayer no fue un día especial porque cociné con huevo, ni porque fui por primera vez al cine en Salamanca y sólo, ayer fue un día especial porque finalmente fui a ver EVA el primer largometraje de Kike Maíllo (tiendo a escribir el nombre en mayúsculas despues de haber visto otro peliculón "WALL-E").

Acudí sólo, sin distracciones y sin tener en mi cabeza preconcebida ninguna crítica de nadie, además de estar en una buena y amplia sala compartiendo la estancia con solo unas diez personas. Todo esto sin mencionar mi amor innato por la ciencia ficción. Era una tarde para disfrutar.

Y disfruté.


EVA es una película de ciencia ficción que nos lleva a un futuro cercano donde la robótica y la inteligencia artificial ya está más que desarrollada. El protagonista (Daniel Brühl) acude diez años después a su pueblo natal por una oferta de trabajo en la universidad de robótica donde se le encarga un trabajo que consiste en dotar de "alma" (inteligencia emocional) a un robot.

Un filme tan atrevido como honesto, donde sin ánimo de resaltar que es una película de ciencia ficción, te convencen de que podemos llegar a tener los robots con, incluso, inteligencia emocional. Todo un homenaje a los cuentos clásicos del género donde coinciden con esta naturalidad y con esa intención de no sobresaltar este contexto futurístico dando mayor relevancia a lo importante: la historia.

La historia, brilla por su sencillez y facilidad mostrándonos esos temas importantes que tantas veces se repiten en obras de ficción: Un amor que no fue; un irse y un volver; un afecto; un recuerdo. Una película tan placentera y bonita que termina con un giro al volante de 180 grados, que eleva la categoría de la película a memorable.

Un guion redondo donde podemos ver una historia de amor con toques filosóficos (muy de los clásicos de la ciencia ficción) y con toques humorísticos que van acompañados por una buena dirección y unas notables actuaciones.

EVA es todo esto y más. Una oda a los cuentos clásicos del género, una historia bastante más ambiciosa y sencilla a la vez de lo que parece. Una obra tan inteligente como sincera.

Así es EVA (con mayúsculas).

Muchas gracias.


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