En un futuro recordarás aquellos veranos en los que vivíamos a menos de treinta y cinco grados; cuando el mar no era este jacuzzi abarrotado de medusas. En un futuro extrañarás los vientos de tramontana o levante, o cualquiera que no sea el secador de pelo que cada día soportamos. Todo esto lo rememorarás, o lo verás en tus sueños; estará solamente en tu cabeza. Y en mi cabeza.
En un futuro quizás tengas nostalgia de lo jóvenes que una vez fuimos, y de cuando caminábamos juntos por la playa, quejándonos de lo que hoy aceptaríamos sin dudar. Hasta puede que llores, eso ya no lo tengo claro. Pero da igual, todo esto estará en tu cabeza.
En un futuro te acordarás de esta habitación bañada de sangre. Pensaste que no podían sobrevivir, pero lo hicieron y tuviste que acabar con ellos de manera definitiva. Aquellas bocas que no quisimos alimentar ahora dejarán de cuestionarte, para siempre. Sin embargo, mirarás atrás y aparecerán. Pero no serán reales; solo estarán en tu cabeza. Míralos, ahora son simples manchas sangre y después no serán nada. Han fallado en lo único que no toleramos: Cortarnos las alas; apagar nuestro motor en movimiento. No les dejamos, no les perdonamos, no les recordaremos. Somos pelícanos, recuerda, somos hombres pelícano.
En un futuro te acordarás de esta habitación bañada de sangre. Pensaste que no podían sobrevivir, pero lo hicieron y tuviste que acabar con ellos de manera definitiva. Aquellas bocas que no quisimos alimentar ahora dejarán de cuestionarte, para siempre. Sin embargo, mirarás atrás y aparecerán. Pero no serán reales; solo estarán en tu cabeza. Míralos, ahora son simples manchas sangre y después no serán nada. Han fallado en lo único que no toleramos: Cortarnos las alas; apagar nuestro motor en movimiento. No les dejamos, no les perdonamos, no les recordaremos. Somos pelícanos, recuerda, somos hombres pelícano.
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