martes, 19 de julio de 2011

Hoy recomiendo: Freaks and Geeks

Si hay algo que no me gusta de las series de instituto es sin duda su exageración. En la mayotía de series de instituto todo el mundo sale con todo el mundo cada semana, sus metas son meterse de todo en el cuerpo (en todos los sentidos) y se estereotipa demasiado a cada personaje dotándole de irrealismo y poca profundidad psicológica. Pero, hoy hablaré sobre una serie diferente, hoy hablaré sobre Freaks and Geeks.


Freaks and Geeks es una comedia estadounidense creada por Paul Feig en 1999-2000 ambientada a finales de los ochentas y que cuenta con apenas una temporada de 18 capítulos. Con los hermanos Weir como protagonistas (Lindsay y Sam), la serie nos narra la vida e inquietudes de dos grupos: Los fraks y los geeks. Los freaks son un grupo que odian el insituto porque piensan que no les aporta nada. Son vistos por los demás como unos vagos y unos fracasados en potencia para la sociedad. Los geeks, por el contrario, odian el intituto porque para ellos es una tortura diaria.

La principal virtud de la serie es que, a pesar de contar con personajes muy diferentes y característicos, uno se puede identificar perfectamente con cualquier protagonista y con sus inquietudes e inseguridades que tiene uno en esa época de su vida. Se trata de una serie que, a pesar de estar ambientada en estados unidos y en esa época, te identifica con todos los personajes mucho mejor que lo haría una serie actual. No sólo te identifica sino que al final de la misma uno siente cariño y empatía por todos los personajes, extras y profesores incluidos.


Pero si hay otro atributo característico de la serie de Freeks and Geeks además de la humanidad y cercanía de los personajes, es sin sin duda lo que NO hacen. Es una serie donde NO están todo el día bebiendo o drogándose; es una serie donde NO tienen sexo, por ejemplo, con los profesores; es una serie donde NO hablan solamente de idioteces sino que también hablan de temas más profundos e interesantes. En su lugar nos hace ver su realidad de una forma muy divertida y cómica donde nos hará saltar a carcajadas en un sin fin de veces. Es una serie de instituto muy atípica que, renunciando a ser una novela con esos amores imposibles y eternos, aumenta el nivel de credibilidad tan demandado en un género tan irreal.

Y si seguimos buscando diferencias entre esta serie y las de ahora, las encontramos hasta en la banda sonora. La banda sonora es muy completa y está bien acorde con al época representada. Asimismo, la música, está identificada con los gustos musicales de los personajes que ya son de por sí admirables. Y es por esto que en vez de encontrarnos con Pig Noise, El Canto del Loco o Maldita Nerea, nos encontramos con Pink Floyd, The Who, Van Halen, Deep Purple... Sin duda una banda sonora sublime que representa bien tanto al entorno como a los personajes.



Y es por toda esta humanidad y cercanía de los personajes, por el carácter atípico y por la banda sonora lo que hace de esta serie de culto algo inolvidable. Una serie que te dejará muchas risas por episodio y más de una sonrisa de admiración. Una serie que, si bien pudo dar cinco temporadas sin ser repetitiva, por desgracia, y por culpa de los continuos cambios de horario, no tuvo la audiencia que se merecía y por eso murió joven. Por suerte, gracias a Internet muchos hemos descubierto esta serie y ha sido alzada al lugar en el que se merece.

Una temporada, muchas alegrías.



Muchas gracias!

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