Gajo por gajo, la mandarina traga abajo.
Mira la hora, no puede haber demora.
Levanta la vista y contempla la lista.
Y revisa la hora.
Y revisa la hora.
Susurrando dice:
"Ahora te toca"
Al paso firme, llega y toca al timbre.
Desde la entrada, revisa tu fachada.
Extrae de su maletín un negro listín.
Con bolígrafo de cobre confirma el nombre.
Y preocupado por tu estado
Y preocupado por tu estado
Te mira y dice:
"Te ves cansado"
Ya por la noche, desde tu coche.
Camino por la ruta, bajo la niebla bruta
Con todo el asfaltado, bien mojado.
Al asiento de atrás pasó sin avisar.
Y se abrocha el cinturón
Y se abrocha el cinturón
Se acerca a tu nuca y dice:
"Ahora viene lo mejor"
Adiós.
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