Me negué quererle ver,
entremete pestes.
Tenerle enfrente
es menester que me enerve
¿En qué se mete?
Me repele.
Debe ceder,
merece perecer.
Pelee,
que Jerjes le dé de revés.
Erre en el querer
¿Decente pretende ser?
Gente de plebe,
mequetrefe,
mente de pez,
¡En heces le enterré!
Espérese ser el res del mes,
el deber de ver ese entremés
de este jefe debe ser.
¿Cree vencer?
Rece en Hermes,
en Deméter,
el perder le pertenece.
Vete.
miércoles, 23 de mayo de 2012
martes, 22 de mayo de 2012
La L
Sea después de unos cuantos intentos, o sea a la primera, tarde o temprano acabas colocando la "L" en el coche con el mismo orgullo. De pronto sientes que las fronteras del mundo se achican considerablemente al poder transportarte a tu voluntad a una velocidad bastante mayor que la de tus simples piernas. Dejas de ser de carne y te conviertes en un cyborg con chasis de acero, ruedas de goma y sonido envolvente. Te sientes mejor, más seguro y más poderoso al formar parte de una simbiosis perfecta humano-máquina. El mundo te pertenece. Ya eres mayor. Y eres más libre. Tienes la "L".
Pero lo que ignoras, es que sea después de unos cuantos intentos, o sea a la primera, tarde o temprano acabas colocando la "L" en el coche con el mismo miedo. De pronto sientes que las fronteras del mundo se achican peligrosamente al poner en peligro tu supervivencia y el perfecto estado de tu caro vehículo. Dejas de ser de carne y te conviertes en un débil huevo que puede estallar al mínimo roce con el exterior. Te sientes cada vez más ansioso y te preocupas más por el estado tu automóvil que por la película que estás viendo con tu chica en el cine. No conforme con esto, te das cuenta de que todos tus pensamientos ecologistas se han ido al garete, ya que ahora eres un hipócrita que abusa de su transporte privado tanto, que lo utiliza hasta para ir a comprar el pan. Por si fuese poco gracias a ITV, gasolinas y seguros, el descenso del nivel de tus riquezas siguen una linea inversamente proporcional al tamaño de tu culo, producto de una vagancia y sedentarismo in crescendo. Pero no pasa nada. El mundo te pertenece. Ya eres mayor. Y más libre. Tienes la "L".
La "L" de lerdo.
lunes, 21 de mayo de 2012
Física
Sucedió en inglaterra, en verano de 1665.
Dos jóvenes conversaban tranquilamente en el jardín a la sombra de un gran árbol. De repente, a uno de ellos, le cae una manzana en la cabeza. El desafortunado, un chico llamado Isaac, en vez de soltar un gesto de dolor o sorpresa, exclamó un famoso "Eureka". Y es que fue ahí cuando se dio cuenta de que la fuerza que atraía la manzana hacia el suelo y la que mantenía a la luna en la órbita terrestre no era sino que la misma. Había unificado en un solo paso al cielo con la tierra en una teoría que llamó gravedad.
Murió sin tener idea de como funcionaba.
Sucedió en Escocia, a mediados del siglo XIX.
De excursión en medio de la montaña, un hombre barbudo marchaba apurado en dirección a casa debido a que se encontraría en mitad del epicentro de una tormenta inminente. Como la oscuridad y la bruma hacía imposible la orientación sacó su vieja brújula que siempre llevaba para orientarse, aun conociendo bien el terreno. Al comprobar en qué dirección se hallaba el norte, un enorme rayo llenó de luz el cielo captando la atención de todo. De todo menos de sus ojos, que miraban atónitos como su brújula empezó a bailar alocadamente cada vez que aquellos rayos aparecían. Fue en ese instante cuando James Clark Maxwell descubrió que la electricidad y el magnetismo no eran más que dos partes de una misma fuerza.
Sucedió en EEUU, en 1968
Al final de una clase, al joven Leonard Susskind le muestran en la pizarra una vieja ecuación, la cual había sido recientemente instrumento de un descubrimiento muy importante. Obsesionado con esta, Leonard se encierra en su ático convencido de que se puede extraer algo más de dicha fórmula. De esta forma, dos meses más tarde, Susskind descubre que esa ecuación tan importante describía unas partículas con una estructura interna diferente. Estas partículas internamente vibraban, mostraban un comportamiento que no se limitaba al de una partícula puntual, sino que se trataba de una cuerda, una goma que ondeaba. De esta manera redactó un artículo y lo envió para que este descubrimiento revolucionario sea publicado. En él expresa la posibilidad de unir las dos teorías más elementales -la relatividad y la mecánica cuántica- bajo un mismo techo, su "teoría de cuerdas". Esperando ser reconocido como "el nuevo Einstein", recibe la contestación:
Este artículo no es demasiado bueno, será mejor no publicarlo.
El champan caro que compró para la celebración acabó ahogando sus penas.
miércoles, 16 de mayo de 2012
Arena, ceniza y polvo
Tumbado en la arena, reuní fuerzas para incorporarme y divisar el mismo
paisaje que ya había contemplado una y otra vez. El polvo y la humareda
que todo lo reinaba, no eran más que pedacitos de lo que fue mi vida antes
de estar en este oscuro lugar. Mis labios sentían la nostalgia del tacto
húmedo del agua. Mis labios sentían la nostalgia de la corriente de la vida,
tus besos.
Y es que desordené átomos míos para hacerte aparecer, para hacerme desaparecer.
paisaje que ya había contemplado una y otra vez. El polvo y la humareda
que todo lo reinaba, no eran más que pedacitos de lo que fue mi vida antes
de estar en este oscuro lugar. Mis labios sentían la nostalgia del tacto
húmedo del agua. Mis labios sentían la nostalgia de la corriente de la vida,
tus besos.
Arena ceniza y polvo. Y la ceguera molesta de las partículas que habían
rebotado en la retina como si de pelotas de tenis se tratasen. Tantas lagañas
lamentablemente habían sido producidas en vano.
rebotado en la retina como si de pelotas de tenis se tratasen. Tantas lagañas
lamentablemente habían sido producidas en vano.
Y me vuelvo a tumbar y siento que me atraganto con la arena, que va secando
aun más mi boca secada. La cierro y empiezo a aferrarme a mis recuerdos,
a mis fantasmas y fue ahi cuando supe que tumbado poco arreglaría, así que
me reincorporé para descubrir una vez más semejante paisaje que esta vez
algo de diferente tenía.
aun más mi boca secada. La cierro y empiezo a aferrarme a mis recuerdos,
a mis fantasmas y fue ahi cuando supe que tumbado poco arreglaría, así que
me reincorporé para descubrir una vez más semejante paisaje que esta vez
algo de diferente tenía.
Arena ceniza y polvo... y mis recuerdos. Recuerdos que por primera vez, eran
casi palpables. Y empecé a bracear al vacío para intentar llegar a tocar a uno y
descubrí así que las moléculas reaccionaban a mis movimientos. Entonces empecé
a aprender a manipular las partículas para intentar recalcar lo tanto perdido.
Fue así como volví a saborear la tarta de mi décimo cumpleaños, como
volví a sentir la inocencia de mi primer beso y como reviví el poseer en brazos
a mi hijo, recién nacido. Pero eso no era todo, porque descubrí que yo también
era manipulable.
casi palpables. Y empecé a bracear al vacío para intentar llegar a tocar a uno y
descubrí así que las moléculas reaccionaban a mis movimientos. Entonces empecé
a aprender a manipular las partículas para intentar recalcar lo tanto perdido.
Fue así como volví a saborear la tarta de mi décimo cumpleaños, como
volví a sentir la inocencia de mi primer beso y como reviví el poseer en brazos
a mi hijo, recién nacido. Pero eso no era todo, porque descubrí que yo también
era manipulable.
Y empecé a jugar, desintegrando átomos de mi propio cuerpo, empezando a
moldear cual alfarero una escultura que avanzaba sola. Comprendí al instante lo
que tenía que hacer. Mezclé y fusioné particulas propias con las flotantes y cree
otras nuevas para dar forma a mi última obra maestra.
moldear cual alfarero una escultura que avanzaba sola. Comprendí al instante lo
que tenía que hacer. Mezclé y fusioné particulas propias con las flotantes y cree
otras nuevas para dar forma a mi última obra maestra.
Y es que desordené átomos míos para hacerte aparecer, para hacerme desaparecer.
jueves, 10 de mayo de 2012
Medianeras
Quizás sea mi vergüenza, mi nerviosismo, el cómo mis venas se congelan
al ver el blanco de tu sonrisa o al percibir el perfume que letalmente
impregnado queda en tu cabeza.
Quizás sea mi aparente rechazo, mi sequedad. Mi mal genio como arma de
ataque, para no sentirme tan indefenso ante una mirada que ocasión tras
ocasión, me aniquila sin piedad.
Quizás sean mis dudas, que me nublan la mente pensando y especulando
sobre las posibles reacciones de desinteresados, sobre mis posibles reacciones,
sobre un arrepentimiento, haciéndome olvidar lo básico, lo esencial.
Quizás no sea ninguna de estas medianeras.
Quizás lo sean todas.
Quizás mi puente esté roto.
Quizás este puente no existe.
Pero aun así, desde unos treinta centímetros tan lejanos como dos costas,
desde esta isla desierta, quemo las ruinas de mi cerebro, confiando en que el humo
de algún modo te comunique la verdad:
Te quiero.
···
Sigo sin encontrar el interruptor que apague las cenizas de mi pensamiento.
miércoles, 9 de mayo de 2012
Cadaqués
Cada vez que me marcho de Cadaqués
contemplando el mar y el clima templado
escribo una nota que me sirve de estribo
y anoto ahí lo feliz y lo demás, si acoto.
Aun así el dolor permanece. Se aúna, sí.
Ha sido la brisa, o bien el agradable ácido
que me derrite el cuerpo que ya quemé
Cada vez que me marché de Cadaqués.
martes, 8 de mayo de 2012
Camisetas
Si hay algo que queda claro es que Tania C tiene muchas camisetas, es más, nunca lleva la misma dos días seguidos. Eso es algo que no mucha gente se fija, pues si hay algo en lo que destaque esa chica (además de las camisetas por supuesto) es en su discreción.
Ahora viene lo loco: cada camiseta que usa no solo es diferente sino que, además, éstas de alguna forma le influyen. Esto me enteré tras un aburrido y largo estudio basándome en observarla -vale, es más que evidente que siento algo por ella, no nos engañemos- durante semanas llegando a la conclusión de que cada camiseta indica sus problemas y lo que busca ella en ese momento. Más tarde lo comprobé.
¿Que cuáles son sus problemas y qué es lo que busca? Tengo una idea básica pero aun no lo sé exactamente, si lo supiese ya me hubiese animado o aventurado a intentar ayudarla más sin cagarla, pero es que dependiendo de cada color y de cada estampado ella necesita algo para solucionar otra cosa. Pocas veces el problema y la solución se ve de manera explícita, aunque aun así varias veces es deducible, pero intento mantenerme al margen (por el momento) puesto que ya la he cagado más de una vez a base de malinterpretaciones.
No obstante es así, lo sé, ya la ayudé con un par de problemas: Por ejemplo un día la encontré con la cara bastante seria portando una camiseta lisa y verde (Un dato singular el que casi nunca las llevaba lisas) y al preguntarle qué le ocurría comentó que tenía problemas de dinero, (Nótese la paradoja: falta de dinero de una chica con camisetas diarias. Tampoco lo entendí) a lo que acto seguido le ofrecí de trabajar en el bar de mi tío quien necesitaba personal. Como resultado las camisetas que vistió los días siguientes empezaron a llenarse cada vez más de estampados y empezaron a azularse hasta convertirse en una camiseta completamente diferente comparándola con la del primer día.
En otra ocasión llevaba una camiseta violeta oscura, con dos círculos, uno blanco y uno negro, separados. Tenía problemas con una gran amiga a la que yo, por suerte, conocía con cercanía y la convencí de que se volviesen a hablar. Con el correr de los días el violeta empezó a aclararse hasta convertirse en blanco y los circulos a unirse hasta ser uno pequeño y rojo. Esta vez tenía la regla, no pude hacer nada por supuesto.
A raíz de esto nos empezamos a conocer más hasta el punto de quedar solos una tarde, se podría decir que una cita, y, antes de decir alguna que otra barbaridad propias de las mías en momentos de nerviosismo, se lo comenté: el hecho de vestir camisetas diferentes y únicas cada día que le determinen su estado de ánimo me parecía una auténtica locura.
¿Que qué me respondió?
"A lo loco se vive mejor"
Y me reí...
y poco más tarde la cagué.
Ahora viene lo loco: cada camiseta que usa no solo es diferente sino que, además, éstas de alguna forma le influyen. Esto me enteré tras un aburrido y largo estudio basándome en observarla -vale, es más que evidente que siento algo por ella, no nos engañemos- durante semanas llegando a la conclusión de que cada camiseta indica sus problemas y lo que busca ella en ese momento. Más tarde lo comprobé.
No obstante es así, lo sé, ya la ayudé con un par de problemas: Por ejemplo un día la encontré con la cara bastante seria portando una camiseta lisa y verde (Un dato singular el que casi nunca las llevaba lisas) y al preguntarle qué le ocurría comentó que tenía problemas de dinero, (Nótese la paradoja: falta de dinero de una chica con camisetas diarias. Tampoco lo entendí) a lo que acto seguido le ofrecí de trabajar en el bar de mi tío quien necesitaba personal. Como resultado las camisetas que vistió los días siguientes empezaron a llenarse cada vez más de estampados y empezaron a azularse hasta convertirse en una camiseta completamente diferente comparándola con la del primer día.
En otra ocasión llevaba una camiseta violeta oscura, con dos círculos, uno blanco y uno negro, separados. Tenía problemas con una gran amiga a la que yo, por suerte, conocía con cercanía y la convencí de que se volviesen a hablar. Con el correr de los días el violeta empezó a aclararse hasta convertirse en blanco y los circulos a unirse hasta ser uno pequeño y rojo. Esta vez tenía la regla, no pude hacer nada por supuesto.
A raíz de esto nos empezamos a conocer más hasta el punto de quedar solos una tarde, se podría decir que una cita, y, antes de decir alguna que otra barbaridad propias de las mías en momentos de nerviosismo, se lo comenté: el hecho de vestir camisetas diferentes y únicas cada día que le determinen su estado de ánimo me parecía una auténtica locura.
¿Que qué me respondió?
"A lo loco se vive mejor"
Y me reí...
y poco más tarde la cagué.
sábado, 5 de mayo de 2012
El arquitecto
Es verdad
el arquitecto siempre fue el arquitecto
aunque no siempre construyó.
Solo empezó cuando se aburrió de la vacuidad imperante
y perenne de aquel espacio en blanco que por todas partes,
y por todo el tiempo, le rodeaba.
Así que se puso a ejercer y creó un monumento,
su primera obra.
Pero no contento con esto,
empezó a construir más y más
convirtiendo al solitario monumento
en un pueblo primero,
y en una ciudad más tarde,
hasta que se aburrió,
pues de tanto construir, se empezaba a repetir
debido a que se conocía demasiado y
todas las edificaciones un cierto parecido,
por lo menos para él, tenían.
Así que dotó a la ciudad de vida propia,
para que vaya creciendo de forma aleatoria
independientemente del arquitecto
que simplemente observaba como su creación
primero poco a poco
después mucho a mucho
evolucionaba y se distorsionaba
con el correr del tiempo
que sus creaciones, habían creado.
recordó aquel día en el que la vacuidad
imperaba en aquel espacio ahora tan decorado.
Y sintió nostalgia.
Y echó de menos el blanco
Y el silencio
Y la nada.
Y miró al cielo y por primera vez, se pronunció:
"¡Hágase la luz!"
Y la luz se hizo.
···
···
Es verdad
el arquitecto siempre fue el arquitecto
aunque no siempre construyó.
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