contemplando el mar y el clima templado
escribo una nota que me sirve de estribo
y anoto ahí lo feliz y lo demás, si acoto.
Aun así el dolor permanece. Se aúna, sí.
Ha sido la brisa, o bien el agradable ácido
que me derrite el cuerpo que ya quemé
Cada vez que me marché de Cadaqués.
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