martes, 3 de abril de 2012

Manifiesto al cromosoma 21


En los últimos días, se han hecho notables ciertos comportamientos poco apropiados para una población concienciada y prometedora como la que puebla las aulas de las facultades españolas. La falta de juventud entre los jóvenes, como decía Don Miguel de Unamuno, llega a niveles extremadamente elevados para una generación que se considera libre de expresar su opinión, a pesar de no hacer uso de dicha libertad. Por ello, queremos reivindicar los siguientes puntos que hemos considerado apropiados exponer hoy aquí, para hacer a los “jóvenes”, jóvenes de verdad:

1- Queremos glorificar la risa como forma de vida natural, que rechaza el sentimiento moral de las personas, el cual se vuelve absurdo e inútil cuando intentan aparentar una fachada políticamente correcta.

2- Reivindicamos también, la caída contra el suelo, propia y ajena, como la máxima expresión humorística de la humanidad. Aquel que nunca se haya reído de un golpe, tropiezo, colleja, o caída (en resumen, ostión), no es humano. La hostia ajena y propia es graciosa.

3- Imitar directa o indirectamente (es decir, en persona o mediante redes sociales) la forma de ser o el comporta miento de ciertas personas (SEAN QUIENES SEAN Y BAJO LAS CIRCUNSTANCIAS QUE SEAN) no atenta contra ellas de ninguna manera intencionada: simplemente invita a la risa.

4- Rechazamos TOTALMENTE la actitud de aquellas personas hipócritas que, a pesar de mofarse de los demás, son completamente incapaces de reírse de sí mismos, además de ofenderse cuando alguien hace lo propio con ellos. Como dijo Don José Gómez Asencio: “te puedes enfadar o no, te va a dar igual”

5- Por el culo te la hinco

6- Criticamos el obsoleto y arcaico pensamiento reinante en la mentalidad universitaria que hace parecer un libro publicado más valioso que un manifiesto redactado en una cafetería. La única diferencia es que nosotros lo hacemos gratis.

7- Reivindicamos la consideración del término “crítica social” como una sana inutilidad, siendo conscientes de que esta crítica jocosa recogida en este manifiesto no os va a hacer cambiar de parecer y vais a seguir comportándoos de una forma tan políticamente HIPÓCRITA.

8- Repudiamos la discriminación positiva. Sin ánimo de ofensa, pretendemos sustituir el sentimiento moral por el sentimiento natural del hombre: la risa. Tratamos a los iguales como iguales: nos reímos tanto de los que lo tienen más fácil como de los que lo tienen más difícil, es decir: nos reímos del guapo porque es guapo, del feo porque es feo, del gordo porque es gordo, y del flaco porque se lo lleva el viento, de la pija porque es pija, del pedante porque es pedante, de negro porque es negro y del blanco porque es blanco. Y por

supuesto, del cántabro por ser un bárbaro, del argentino por ser un indio, y del toledano por ser moro.

9- Podemos tanto aplaudir un Padre Nuestro como aplaudir La Oración del Ateo, como también podemos tanto aplaudir un Cara al Sol, como la Internacional. […]. Debemos ser capaces de reírnos de las ideas de los demás, como también reírnos de las nuestras.

10- Para terminar, nos enorgullecemos de ser tachados como la generación más desastrosa que jamás haya existido. Sin haber vivido una guerra, ni haber pasado hambre, hemos crecido pegados a un ordenador y a una videoconsola, chateando por Tuenti y jugando al Súper Mario Bross. Seguimos viendo los Simpson y nos alimentamos a base de nocilla y colacao. No hemos madurado ni pensamos hacerlo: seguiremos llegando a casa apestando a alcohol, seguiremos sin ordenar la casa aunque se caiga a pedazos, seguiremos comiendo hamburguesas y pizzas aunque nuestras venas estén tan gordas como nuestros puños, y seguiremos prefiriendo los dibujos animados al telediario. No aceptamos que por haber cumplido 18 años ya tengamos que ser adultos. Porque la juventud no consiste en cambiar el mundo, sino en disfrutar de lo que queda de él.

Conclusión: El simple objetivo de este manifiesto no es crear conciencia ni cambiar el pensamiento imperante, porque de donde no hay no se puede sacar. Lo que queremos es, (además del punto de Zamarreño) reírnos de la seriedad, la pedantería y la hipocresía que inunda de forma cada vez más notable las aulas españolas.

Por ello, esta vez somos nosotros los que aplaudimos vuestra tenacidad e insistencia a la hora de reprimir el instinto más sano y natural que tenemos las personas: la carcajada.

¡VIVA LA RISA!
Plas                                 
     Plas                          Plas                                                                                                                        Plas                                                   
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